Un lapicito sin goma
Un lápiz puede ser el más inocente instrumento de uso común en todas las actividades cotidianas; lo encontramos en escuelas, hospitales, oficinas, bancos...
También sirve para dibujar, escribir un libro, poemas, cartas a papá, al hermano, al amigo, a nuestra hija o hijo, y a un ser divino: la mujer que nos dio la vida.
Un lápiz sirve también para orientar el sentido, las metas y el conjunto de acciones del más alto nivel e importancia para un país entero.
Una sola rayita en un simple papel, unida a un universo de rayitas permite conocer quién va a conducir el destino de nuestro país en un sistema que llamamos democracia, que busca el bienestar y la justicia para todos.
La democracia nos regala libertad, tanta, que podemos hablar muy mal de ella sin sufrir castigo alguno.
Es deseable que se utilice un simple lápiz como herramienta positiva; sin embargo, ante la intención aviesa puede convertirse en un misil de largo alcance.
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